sábado, 10 de septiembre de 2016

Mike el Pollo sin Cabeza



-La historia y su explicación médica-

El 10 de septiembre de 1945, Lloyd Olsen y su mujer Clara estaban sacrificando pollos en su granja de Fruita, en Colorado, Estados Unidos. Olsen decapitaba a las aves y su mujer las limpiaba. Pero uno de los 40 o 50 animales que se sometieron al hacha de Olsen no se comportó como el resto.


Mike, como fue nombrado el pollo, siguió con vida al día siguiente de que fue decapitado. Pronto, el rumor en torno a esta ave milagrosa comenzó a correr por Fruita. El diario local envió un reportero a entrevistar a Olsen y dos semanas más tarde se le acercó un promotor de espectáculos llamado Hope Wade, de Salt Lake City, en Utah.

A Mike lo alimentaban con comida líquida y agua directamente por el esófago. Otra función vital con la que lo ayudaban, era limpiarle el moco de su garganta. Lo alimentaban con un gotero y le limpiaban la garganta con una jeringa.

La noche en que murió, los Olsen se despertaron con el ruido del animal ahogándose. Cuando buscaron la jeringa, se dieron cuenta de que se la habían olvidado en la feria y, antes de que pudiesen encontrar una alternativa, Mike se había sofocado y yacía muerto.

¿Cómo hizo para vivir por tanto tiempo?

Lo que más sorprende a Tom Smulders, experto en pollos del Centro para el Comportamiento y la Evolución de la Universidad de Newcastle es que no se haya muerto desangrado. El hecho de que pudo continuar funcionando sin cabeza, es para él más sencillo de explicar.

Para un humano, perder la cabeza significa una pérdida casi total del cerebro. Para un pollo, es diferente.

"Te sorprendería cuán poco cerebro hay en el frente de la cabeza de un pollo", explica Smulders.

Está mayormente concentrado en la parte trasera del cráneo, atrás de los ojos, añade.

Reportes indican que el hachazo le quitó a Mike el pico, la cara, los ojos y una oreja. Pero Smulders estima que hasta un 80% de su masa cerebral -y casi todo lo que controla el cuerpo del pollo, incluidos el ritmo del corazón, la respiración, el hambre y la digestión- permaneció intacto.

En su momento, se sugirió que Mike sobrevivió porque parte o todo el tronco cerebral seguía pegado al cuerpo. Desde entonces la ciencia ha evolucionado y se descubrió que lo que se llamaba tronco cerebral es parte del mismo cerebro.

Por qué los que trataron de crear un Mike no lo lograron es difícil de explicar. Parece que el corte, en el caso de Mike, fue hecho en el lugar justo y un coágulo de sangre justo a tiempo evitó que se muriese desangrado.

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